Luyện nghe bài hát En las encías

Seré una faca en la garganta
de un interrumpido.
Mi voz es un tan renegrido
el agua de fregar.
Me suena, en las encías, el destino,
como una con bozal.
—Eduardo, a Cantocochino,
que no ver el mar.

Seré un de luna
y resiliente;
el dueño
de una candente.
Seré el cuerpo
que se metió el en el calzón.

Que el en avenida,
por emputecido,
me traiga, en las alforjas,
lo que pudo sido.
Que el barrio
se coma, en Berriozar, el
que de mí.

Me estampo con el raudo
a la espera de nube,
No salen ni las del rosario,
si me da por no morir.
La tromba hasta la rodilla,
la tarde que me a llorar;
cuidado con Pan, mi Campanilla,
no lo que velar.

la fosa errante
de un maloliente
que no encontró el
a no quererte;
que se los ríos,
y que fue a en tu rincón.

Quizá, el en celo
que se los dientes,
te muerda nunca,
como siempre,
y del hastío,
su navío en el sillón.

Seré la de un tal Judas,
que veces te niegue -y luego más-;
que se metió una tan cruda
que no la tragar.
en las alturas pala y pico;
buscaba la de Jonás.
Me fui a desenterrar a
nunca regresar.

Seré un de luna
podrido y
el silencioso
de una candente.
el cuerpo presente
que se metió el en el calzón.

Que el en avenida,
por emputecido,
me traiga, en las alforjas,
lo que haber sido.
Que el desabrido
se coma, en Berriozar, el
que de mí.