Señor locutor

L: Bueno diga ¿con quien tengo el gusto?

H1: Hola...
Señor locutor
si me hace el favor
póngame una canción
que no hable de amor.
Quiero,
que sepa esa mujer
que su adios me dolió
que me dio un gran dolor.

L: Que le pasa mi amigo?
se le nota en la voz
que la quizo en el alma
con amor verdadero.

H1: Es verdad compañero
yo la quise a morir,
la adoré como a nadie
pero no hubo dinero.
Y se fue tras el brillo,
que produce el metal
y señor locutor
eso me hace llorar...

H2: Bueno... bueno...

L: Bueno dígame...

H2: Señor locutor,
si me hace el favor,
dígale a ese señor
que no mienta por Dios.
Dígale,
que si ya se olvidó,
que a esa buena mujer,
él fue quien le falló?...

L: No me cuelgue mi amigo,
entiendo que es usted,
el tercero en discordia
de esta historia de amor.

H2: No es así, no señor
cierto que a esa mujer
yo la llevo en el alma
con el más limpio amor...

H1: Usted me la robo...

H2: No diga tonterías.
Ella siempre lo amo...

L: No cuelguen por favor...

¡Que historia de amor!...

¡Que historia!...

H1: Ud me la robo...

H2: No mi amigo, disculpeme,
haga Ud memoria...

L: Oigan,
escuchenme los dos,
el amor es así,
a unos hace gozar
y a otros hace sufrir.
Usted,
el primero que hablo,
si la hizo llorar
hoy pidale perdón.

H1: Si me estas escuchando,
donde quiera que estés,
por favor te suplico
que perdones mi error.

H2: Ya es demasiado tarde,
esa santa mujer,
se murió de tristeza
el día que nací yo.

H1: Es que eres tu mi hijo?

H2: Discúlpeme señor...
Padre no es que engendra,
un padre es todo amor.

H1: ¡Perdóname hijo mio!

H2: No puedo perdonar.
Pero a mi santa madre
déjela descansar.