El campeón

Caminamos sin parar toda la noche
por la calle llena de casas y olor a podrido.
Cuando el sol salió yo tenía un par de cachetazos, dijo el Campeón,
y todos recordaron que una vez sonó la campana y el Campeón no cayó.

Cayó la gente
Cayeron los sueños
Cayó la mujer del Campeón
y el Campeón no cayó.

Nunca sonó tanto la campana.
La gente eufórica se puso de pie
Pedía sangre.
Y el gran Campeón sacó un par de sopapos y derrotó a su rival
La gente siguió gritando
La gente se puso de pie
Y el Campeón se fue solo, con la lluvia de compañera.
Seguro y enloquecido luchó contra todos
y la policía lo puso igual.
Igual que siempre.
Nada le importó.

Ahora el tiempo de ayer quedó atrás
y El Campeón bebe su triunfo en un bar perdido por Barracas.
La campana suena y El Campeón sonriendo no cae.
Se agarra del vaso y borracho trastabilla en la calle.
Podés verlo por ahí
Seguro que se ríe borracho.

El Campeón no cae.
El Campeón se aferra a su destino
y sonríe con la luna.

(Cayó el campeón, cayó el campeón)